Si bien las mujeres parecen tener mayor capacidad para comunicar y, por tanto, solucionar oportunamente sus problemas sexuales, a los hombres parece tomarnos más trabajo aceptar que tenemos un problema, aunque evidentemente existen excepciones y no se debe generalizar.
Por esta razón, todos los días miles de hombres sufren problemas que les dificultan desarrollar una vida sexual sana, entre estos, uno de los más comunes es la impotencia.
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¿Qué es la impotencia sexual?
La impotencia, mejor conocida como disfunción eréctil, es un problema que aqueja a un alto porcentaje de hombres alrededor del mundo, y aunque suele estar relacionada con factores como la edad, la verdad es que puede afectar las relaciones sexuales de cualquier hombre.
La disfunción eréctil consiste en una persistente incapacidad para conseguir o mantener las erecciones necesarias para conseguir una relación sexual satisfactoria.
Para identificar un problema de disfunción eréctil, la palabra “persistente” es clave. Esto se debe a que, durante la vida sexual, los hombres podemos presentar episodios aislados en los que lograr o mantener una erección se puede volver una tarea complicada.
Sin embargo, esto no significa que se tenga un problema de impotencia, puesto que al resolverse la circunstancia que lo está causando (muchas veces el cansancio, estrés, etc.) el problema se resuelve y podemos retomar fácilmente nuestra vida sexual.
Sin embargo, cuando este tipo de problemas persisten en el tiempo y se manifiestan cada vez que se intenta tener una relación sexual, se está en presencia de una disfunción eréctil.
Una vez que se ha identificado que se tiene un problema de impotencia, lo primero que se requiere es la asistencia de un médico especialista que ayude al paciente a detectar la causa de su situación.
Entre las causas más comunes de impotencia se encuentran los problemas psicológicos como el estrés, la ansiedad o la depresión; los problemas vasculares provocados por el tabaco, la diabetes o la hipertensión: las causas hormonales como deficientes niveles de hormonas masculinas; o incluso las causas farmacológicas por efecto del uso inadecuado de medicamentos para otras patologías.
¿Cómo se diagnostica la disfunción eréctil?
Uno de los mayores temores al momento de acudir al médico, es no saber qué esperar. Por esta razón es conveniente conocer algunos de los métodos utilizados para diagnosticar la impotencia, entre los que se encuentran:
- La historia clínica: donde se recopile información sobre antecedentes médicos que puedan aumentar la predisposición a sufrir problemas de erecciones.
- Examen físico: en el que se examina con detenimiento el área genital y se realiza tacto rectal para verificar el estado de la próstata.
- Pruebas de laboratorio: para constatar los niveles de hormonas en el hombre.
¿Cómo solucionar la impotencia?
Una vez que se es consciente de la existencia de un problema de disfunción eréctil y se han identificado sus posibles causas, será necesario saber cómo solucionar la impotencia para así restablecer el desempeño sexual del hombre, para ello, existen diferentes opciones de tratamientos que deberán ser supervisados por un médico, entre los que se encuentran:
1. Fármacos orales
La solución a la impotencia puede realizarse a través de diversos tratamientos orales con inhibidores de fosfodiesterasa oral tipo 5, los cuales pueden consistir en:
- El tadalafilo: es un fármaco comercializado bajo el nombre de Cialis, usado para la inhibición de la fosfodiesterasa oral tipo 5. Este medicamento puede ayuar a tratar la disfunción eréctil al relajar los vasos sanguíneos del pene, permitiendo así una mayor circulación de sangre esencial para lograr la erección.
- El vardenafilo: este medicamento es comercializado como Levitra, su efecto consiste en relajar los músculos y aumentar el flujo sanguíneo en dirección al pene.
- El sildenafil: también conocido como Viagra, es un potente medicamento utilizado para tratar la impotencia gracias a su capacidad de dilatar los vasos sanguíneos y mejorar la llegada de la sangre a la zona genital.
- El avanafilo: vendido bajo el nombre de Stendra, es un vasodilatador que puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea.
Todos estos medicamentos tienen en común que ayudan a combatir la disfunción eréctil a través de la dilatación de las arterias. Su aplicación suele estar relacionada con el diagnóstico de la impotencia causada por enfermedades vasculares que impiden un flujo normal de sangre hacia el pene.
2. Terapia transuretral
La terapia transuretral consiste en la aplicación de medicamentos a través de la uretra. A través de inyecciones que pueden ayudar a relajar los músculos del pene y facilitar su erección.
3. Inyección intracavernosa
Este tratamiento consiste en una inyección aplicada directamente en el tejido del pene, y que puede ayudar a desencadenar una serie de proceso físicos necesarios para la erección.
4. Reemplazo de hormonas
El tratamiento hormonal es aplicado en hombres cuyos resultados de laboratorio indican niveles deficientes de testosterona como causa de la impotencia. Consiste en la aplicación de parches hormonales que deben ser adheridos a la piel del escroto cada cierto tiempo.
5. Dispositivos aspiradores
El tratamiento con dispositivos aspiradores consiste en colocar el pene en un cilindro plástico hermético, que al ser manipulado crea un vacío que provoca el flujo de sangre hacia el pene, pudiendo dar origen a la erección.
6. Tratamiento quirúrgico
Consiste en una cirugía para el empleo de implantes de un dispositivo denominado implante hidráulico, que es insertado en la cámara de erección del pene. Funciona como una bomba que libera una solución salina para producir la erección, y retirando la solución para regresar el miembro a su estado inactivo.
7. Cirugía vascular
Suele ser aplicada en hombres cuya impotencia se debe a enfermedades vasculares. Su principal propósito es restablecer el correcto funcionamiento de las arterias a través de su desbloqueo y aumentando así el flujo sanguíneo necesario para las erecciones.
8. Tratamiento psicológico
La terapia psicológica es mayormente recomendada para hombres menores de 40 años que sufren persistentes problemas de erección. Esto se debe a que en hombres jóvenes suele no producirse una causa física que provoque la impotencia, soliendo ser atribuido el problema a molestias de naturaleza psicológica, de las cuales la más común son los problemas de autoestima.
Cómo se previene la impotencia sexual
Si bien todos los tratamientos para la impotencia antes mencionados pueden ser generalmente efectivos, la verdad es que no hay mejor solución que la prevención. Con ciertos cambios en el estilo de vida, los hombres pueden llegar a disminuir considerablemente las posibilidades de llegar a padecer de disfunción eréctil.
Si te preguntas cómo aumentar la potencia sexual, puedes empezar por cumplir los siguientes pasos claves:
1. Deja de fumar
El mayor porcentaje de casos de disfunción eréctil está relacionado con un flujo deficiente de sangre, esto se debe a enfermedades vasculares que en muchos casos pueden ser producidas o empeoradas por el tabaquismo. Por lo que eliminar este hábito es un eficiente método para disminuir las probabilidades de sufrir disfunción eréctil.
2. No consumas alcohol en exceso
Los casos de alcoholismo crónico podrían estar vinculados con problemas de impotencia sexual. En algunos casos, los síntomas desaparecen una vez que se ha superado la adicción, sin embargo, cuando el alcoholismo ha perdurado durante mucho tiempo puede llegar a provocar disfunción sexual permanente.
3. Evita el sedentarismo
El ejercicio físico ayuda a mejorar la circulación sanguínea y mantener los músculos en buen estado. Así como también favorece la oxigenación de la sangre y eliminación de toxinas. Todo esto, podría tener el «poder» de mejorar el desempeño sexual de los hombres.
4. Controla el peso
La obesidad está relacionada con la aparición de diabetes mellitus, la cual puede ser una causa de disfunción eréctil. Por lo tanto, controlando el peso se podría estar ayudando a prevenir la aparición de problemas de erección.
5. Descansa adecuadamente
La ansiedad y el estrés provocados por un descanso deficiente son capaces de desencadenar problemas de erección en hombres de cualquier edad, incluso en jóvenes sin patologías físicas. Por lo que es esencial mantener una rutina de descanso eficiente, durmiendo ocho horas diarias y evitando sobrecargar la mente y el cuerpo de trabajo y evitando el estrés excesivo.
6. Consulta un médico
Visitar a un especialista de manera periódica es eficiente para detectar a tiempo cualquier patología física que en un futuro pueda producir problemas para lograr o mantener una erección. El médico examinará periódicamente tu estado físico y podrá ordenar la realización de exámenes de sangre en los que mida tus niveles de colesterol, triglicéridos, glucemia, e incluso niveles de testosterona.
7. Ejercicios Kegel
Los ejercicios Kegel consisten en contracciones voluntarias para fortalecer el músculo pubocoxígeo y cuya aplicación está relacionada con una mejora del desempeño sexual tanto en hombres como en mujeres. Estos ejercicios se realizan contrayendo y relajando el músculo PC en repeticiones seguidas. Aprende más aquí: Ejercicios Kegel para hombres
En conjunto, todos estos métodos de prevención pueden ser eficientes cuando de evitar la disfunción eréctil se trata.
Sin embargo, cuando han aparecido los síntomas lo más recomendable es acudir a un médico especialista que, a través de determinados estudios, logre determinar la causa del problema y poder aplicar el tratamiento adecuado.